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5 reglas para progresar

14 de noviembre de 2013 - Por
La otra noche estaba dando un consejo no solicitado a una de mis hijas, como suelo hacer a menudo. El tema de la noche era qué hace que un trabajador destaque, o mejor dicho, por qué un empleado avanza mientras que otro no. Hay mucha información y estudios por ahí sobre cómo sobresalir en el trabajo, pero según mi experiencia, estas son las cinco reglas que, independientemente de dónde te encuentres en tu carrera, de tu posición en una empresa o del tipo de trabajo que hagas, nunca fallan a la hora de convertir a alguien en un empleado sobresaliente.
  1. Si tienes que plantear un problema a tu jefe o supervisor, debes plantearle también una posible solución. Aprendí esta regla cuando trabajaba como contable público. En la contabilidad pública, el contable debe idear pruebas para comprobar la exactitud de los estados financieros. A veces, la prueba prevista inicialmente no podía llevarse a cabo, lo que suponía un problema. Así que yo proponía pruebas alternativas a mi jefe y, aunque mis alternativas no siempre eran las que él elegía, me di cuenta de que mis sugerencias servían de trampolín para que otros ofrecieran soluciones voluntarias al problema. Presentar a tu jefe una posible línea de actuación demuestra iniciativa y creatividad -siempre una combinación ganadora- y le da un punto de partida para encontrar una solución al problema. Hazte un nombre como solucionador de problemas.
  2. Si alguna vez tienes tiempo libre, busca trabajo. Un empleado medio se contenta con esperar de brazos cruzados su próxima asignación; el empleado indispensable busca trabajo que hacer, a menudo con la consecuencia de ayudar a un compañero abrumado. Esto no sólo fomenta el trabajo en equipo, sino que varía las habilidades de los empleados y aumenta su comprensión general del funcionamiento de la empresa.
  3. Tenga sentido de la urgencia en su trabajo. Asuma siempre que su trabajo es importante y que todo el mundo tiene un papel que desempeñar para mantener a flote su empresa u organización. Esto no significa que tenga que ser frenético o estar constantemente estresado. Por el contrario, sea consciente de sus plazos, ya que existen por razones muy reales. Esto parece sencillo, pero es donde otros yerran el tiro. Haz tu trabajo y ayuda a los demás cuando puedas.
  4. Cuida tus modales. Los modales son importantes, y parece que como cultura lo estamos perdiendo de vista. Desempeñan un papel fundamental a la hora de establecer un tono profesional en el lugar de trabajo, impresionar a los clientes, progresar como empleado o ser un jefe para el que la gente quiera trabajar. En la mayoría de las entrevistas, el entrevistador hará inevitablemente la pregunta: "¿Trabaja usted bien con los demás?". Esta pregunta bien podría traducirse como: "¿Cuidas tus modales?". Emily Post, la autoridad en todos los asuntos civiles, resume mejor que nadie la función de los modales en el lugar de trabajo: "Los modales son una conciencia sensible de los sentimientos de los demás. Si eres consciente de ello, tienes buenos modales, independientemente del tenedor que utilices".
  5. La apariencia importa. Envía un mensaje de autoestima con tu forma de vestir y de cuidarte. Si parece que te respetas, los demás tienden a respetarte también.
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